Clase 13 - Teoría Educativa
Gramsci – los intelectuales
De acuerdo con Gramsci, los grandes empresarios, la élite que posee el poder económico, también promueve la generación de un tipo de trabajador especializado en conducir las relaciones de la empresa con el exterior. Este trabajador sería el intelectual “orgánico” y su trabajo consistiría en promover las condiciones que permitan a la estructura económica seguir funcionando.
Es necesario considerar que cualquier tipo de trabajo exige un esfuerzo intelectual. La clase dominante ha creado entornos en los que el trabajo manual se hace repetitivo y termina alienando al trabajador, reduciendo al mínimo la posibilidad de que la persona desarrolle sus capacidades intelectuales. Esto provoca la alienación o enajenación del trabajador.
Por otra parte, en el trabajo industrial también es necesario contar con personas cuyo esfuerzo sea intelectual más que físico, aunque sus tareas también sean rutinarias. Además, las grandes empresas requieren de una cantidad de personas más reducida, que se encarguen de organizar el trabajo de los empleados, los supervisen y establezcan relaciones con otros agentes económicos. Son estos últimos quienes son considerados intelectuales.
A partir de estas ideas, Gramsci (1975) afirma “Todos los hombres son intelectuales, podríamos decir, pero no todos los hombres tienen en la sociedad la función de intelectuales”.
El desarrollo tecnológico de las sociedades modernas ha impulsado la necesidad de contar con trabajadores que realicen actividades que requieren un alto contenido de conocimiento especializado. Así, se ha promovido la formación de especialistas técnicos que no alcanzan la categoría de especialistas científicos porque ellos no generan el conocimiento que aplican en sus actividades laborales, tampoco alcanzan una concepción histórica y humanística porque no consiguen ubicar su actividad en un espacio y tiempos históricos ni vincular su hacer con el contexto social que les rodea.
A lo largo de la historia, los diferentes grupos dominantes se han encargado de que los intelectuales tradicionales cooperen con ellos para que las condiciones sociales y económicas sufran transformaciones que no les convengan. También han procurado generar sus propios intelectuales, a quienes Gramsci denomina “intelectuales orgánicos”.
La escuela es el instrumento para la formación de los diversos tipos de intelectual. La complejidad que alcanzan las actividades económicas tiene su reflejo en la cantidad de escuelas especializadas y las múltiples especializaciones que se enseñan en los planteles educativos. Cuanto más desarrolla un país sus instrumentos para la formación de intelectuales especializados (institutos, universidades y centros para el desarrollo de la alta cultura), más avanzado será en el campo técnico – industrial.
En un tiempo histórico donde el avance tecnológico se encuentra estrechamente relacionado con el desarrollo económico, los países que alcancen un alto desarrollo educativo – especializado, lograrán un incremento en su poder económico.
Recuperado de:
Gramsci, A. (1975). La formación de los intelectuales En Antología de Teoría Educativa. Pachuca: UPN. Pp. 86 – 89.