Clases UPN
Asignaturas impartidas en la UPN

Clase 11 - Diagnóstico

Etapas del Diagnóstico Socioeducativo – Sensibilización respecto de las necesidades
La sensibilización respecto de las necesidades de la comunidad implica dos aspectos imbricados: el investigador - interventor debe sensibilizarse y promover, al mismo tiempo, la sensibilización al interior de la comunidad.
Cuando se trata de sentir las necesidades no se trata de determinar con criterios externos a la comunidad, con los parámetros de los expertos en un campo específico, qué es lo que hace falta a una comunidad. Y no porque tales apreciaciones sean incorrectas o no respondan a carencias reales, sino porque aun cuando objetivamente esas carencias existan, mientras no sean percibidas psicológicamente, mientras no exista un sentimiento de falta, de ausencia negativa que produzca el deseo de satisfacerlas en las personas de la comunidad, la necesidad así determinada no tiene existencia para ellas. O bien es atribuida a causas que forman parte de la naturaleza del mundo en que se vive y que, por lo tanto, nada poder hacerse al respecto.
En los casos en que la comunidad ha “naturalizado” ciertas necesidades, es muy difícil que el interventor encuentre una respuesta positiva en la comunidad, en relación con las peticiones o solicitudes que haga. Produciéndose varios efectos negativos.
1)    Una subutilización de los recursos que el interventor ponga al servicio de la comunidad, como pueden ser sus competencias (conocimientos, habilidades, actitudes y valores). Dado que para los miembros de la comunidad lo que el interventor realiza no ayudará a transformar su realidad, observan sus actividades como algo ajeno, como un proyecto que interesa al interventor y a nadie más.

2)    En la apreciación subjetiva del interventor puede aparecer la sensación de que la comunidad es desagradecida o que está impedida para disfrutar los beneficios que él o ella puede aportarle, prefiriendo vivir de una manera inadecuada.

3)    Al conjuntarse las situaciones precedentes, se alimenta la idea de que las personas viven bajo ciertas condiciones porque así les gusta vivir y que no están dispuestas a hacer nada para modificar sus condiciones de vida.
Lo anterior, además de provocar que el proyecto de intervención fracase (aunque se cumplan los objetivos paralelos que pudiese tener el interventor como cobrar o cumplir con ciertos requerimientos académicos), también podría impulsar en el interventor una actitud de rechazo o desánimo respecto de su actividad.
Por otra parte, el interventor también debe sensibilizarse respecto de las necesidades, incluyendo aquellas identificadas como normativas. Esta sensibilización es importante porque pone en contacto al interventor con la realidad. Es decir, además de los conocimientos teóricos que él pone en juego para determinar que se ha presentado una necesidad, requiere de una aproximación a las implicaciones que esta necesidad tiene en aquellos que la padecen, para otorgarle un significado personal más allá del significado teórico que pueda atribuirle.
Recuperado de:
Montero, M. (2007). Hacer para transformar. El método de la psicología comunitaria. Buenos Aires. Paidós. P. 93.               


  


Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis