Clases UPN
Asignaturas impartidas en la UPN

Clase 9 - Diagnóstico

Etapas metodológicas del diagnóstico – Familiarización
Para realizar un Diagnóstico Socioeducativo pueden utilizarse diversas metodologías. Para fines de este curso utilizaremos la correspondiente a la Investigación-Acción Participativa. Esta metodología ha demostrado ser un poderoso instrumento para la realización de proyectos de intervención, además de ser consistente con las competencias que desarrollan los estudiantes de la LIE durante su formación.
Familiarización

Una primera etapa corresponde a la familiarización. Se trata de un proceso que ocurre simultáneamente tanto para interventor como para los miembros de la comunidad. Montero (2007) nos habla del momento en el cual "los investigadores externos inician su conocimiento de la comunidad, a la vez que los miembros de ésta comienzan a relacionarse con esas personas que vienen de afuera".
 
Para el interventor resulta significativo reconocer que, así como él no conoce a la comunidad, tampoco la comunidad le conoce, porque es necesario un periodo de adaptación mutua. No debe extrañarle entonces, que sean frecuentes las preguntas acerca de su actividad, de sus objetivos al interior de la comunidad, de su manera de hacer las cosas.
 
Lo mejor es tenga una actitud de apertura y comprensión frente a estos cuestionamientos y proporcione la mayor y mejor información que le sea posible, utilizando los canales más adecuados para esto. Es decir, en aquellos casos en que se le requiera información formal, así debe proporcionarla, cuando los cuestionamientos surjan en el contexto de una conversación informal, debe aprovechar el momento para dejar saber a la personas cuáles son sus objetivos, su formación y cómo espera trabajar.              
 
Montero (2007) también recomienda que "antes de entrar a una comunidad es necesario informarse de la manera más completa posible sobre ella". Conforme conozcamos más acerca de la comunidad en la que nos insertamos, más sencillo resultará realizar un diagnóstico. Por esto es necesario que, antes de asistir a los espacios comunitarios, nos informemos lo mejor posible acerca de ellos, de su cultura, de las personas que inciden en la toma de decisiones, de lo que hacen y cuáles son los objetivos que esa comunidad tiene respecto de planes y programas determinados.
 
Se trata, pues, de un momento delicado del cual podría depender el futuro de nuestra intervención. La manera en cómo nos aproximamos define la percepción que tendremos de nuestro trabajo al interior de la institución, influyendo en las expectativas que se hagan los miembros de la comunidad.
 
También conviene saber que la familiarización no es un proceso que se realice de una vez y para siempre. Por el contrario, resulta imposible llegue el momento en el que un interventor conozca tan a detalle a la comunidad con la que trabaja que no pueda ampliar su conocimiento acerca de ella. De ahí que sea necesario mantener continuamente una actitud de respeto y apertura para los descubrimientos que podrían hacerse a lo largo del proceso de diagnóstico y, posteriormente, de intervención.
Recuperado de:

Montero, M. (2007). Hacer para transformar. El método de la psicología comunitaria. Buenos Aires: Paidós. Pp. 77 – 89.              
 

 


    


Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis