Clase 13 - Actividades directrices
Actividades directrices - El desarrollo ontogenético de la actividad con objetos
Durante la formación de la noción de objeto el niño en su transcurso evolutivo realiza acciones con dichos objetos, que comienzan por movimientos muy primitivos de acercamiento a los mismos hasta alcanzar un dominio más o menos eficiente de tales acciones.
En el primer año de vida, y como consecuencia de la enseñanza del adulto, que es quien pone al recién nacido en contacto con los objetos y fenómenos del mundo circundante, el lactante adquiere un relativo dominio de las acciones con los objetos.
Así, en el transcurso progresivo del desarrollo motor, de un estiramiento inicial de las manos en dirección a estos objetos y su presión involuntaria y casual, el pequeño aprende a agarrarlos, a mantenerlos sujetos, y más tarde a realizar una serie de movimientos dirigidos al conocimiento de sus particularidades: los explora, los lanza, se los introduce en la boca, los golpea unos con otros, acciones todas encausadas a las características externas de dichos objetos; peso, textura, color, volumen, temperatura, forma, entre otras. A esta fase del desarrollo de las acciones con los objetos se le denomina manipulación.
Paulatinamente esta manipulación que el niño realiza de acuerdo con la manera en que el adulto le ha enseñado con los objetos dados, comienza a generalizarla a todos los objetos posibles, incluso variando sus propias acciones en dependencia de las características de éstos. Se da así una transformación de la manipulación, al variar la orientación hacia el objeto y la obtención de un resultado más complejo con el mismo.
No obstante, esta complejidad de acciones siempre está ligada a la utilización solamente de las propiedades y relaciones externas de los objetos. Y no es hasta que estos comienzan a tener una significación y una forma de utilización determinadas, que surge una nueva relación respecto a este mundo objetal, las acciones con los objetos, los cuales dejan de ser simples cosas para manipular y se convierten en expresión de una función que está fijada por la experiencia social y que está materializada en cada objeto en particular.
En esta actividad con objetos el niño descubre que estos tienen una función que está oculta en propio objeto – la cuchara para comer, el peine para peinarse, la pelota para rodar – y que no puede llegar a descubrir, a asimilar, sino es mediante la enseñanza del adulto. Esta asimilación de la significación constante del objeto y que se desarrolla de forma gradual hasta su empleo libre, pero respaldada por la significación de la función principal, es lo que se denomina actividad con objetos propiamente dicha, que marca un hito en el desarrollo psíquico del niño y la niña, y se convierte en su actividad directriz o rectora en el curso de la edad temprana.
Es decir, que el progresivo dominio de la actuación del niño con el objeto pasa evolutivamente por tres fases: la manipulación, la acción con objetos, y la actividad con objetos, propiamente concebida como tal., si bien genéricamente a todas estas manifestaciones se le da el nombre de “Actividad con objetos”.
Recuperado de:
AMEI (25-jun-2014). La actividad directriz del desarrollo en la edad temprana: la actividad con objetos. Recuperado de www.waece.org.