Clase 22 - Actividades Directrices
El juego en los años preescolares
El periodo entre los dos y los cinco años de edad se caracteriza por una reducción en la rigidez y la obstinación, una mayor estabilidad creciente, una mayor confiabilidad y una mayor capacidad de predecir sus actos, así como por una transición del juego primordial con los músculos grandes a aquellos juegos que involucran actividad con los músculos pequeños (motricidad gruesa – motricidad fina). La exploración sensorial durante el juego comienza descender y se observa un aumento en el juego social, que refleja el interés del niño por los adultos y su identificación con ellos.
A lo largo de este espacio de tiempo los niños hacen una transición del juego solitario al juego paralelo y luego a formas de juego asociativo y cooperativo. El tamaño del grupo aumenta con la edad y los mismos materiales de juego se usan en diversas formas a diferentes edades, puesto los niños más pequeños juegan por lo general con ellos a solas y los niños mayores los incorporan dentro de actividades sociales cooperativas.
El juego simulado puede ser una actividad solitaria, puede ocurrir en forma paralela o puede involucrar mucha cooperación, como sucede con el juego sociodramático. El juego simulado solitario y el juego simulado paralelo pueden encontrarse en niños de todas las edades, pero una cantidad desproporcionada de juego simulado solitario, a diferencia del cooperativo, se considera un síntoma de inmadurez social.
El juego de los niños en edad preescolar se ve influido por factores familiares como la seguridad en el vínculo padre – hijo y la estabilidad del matrimonio, por la familiaridad del grupo de compañeros del niño y por la cantidad de experiencia que el niño ha tenido en un entorno grupal. También influyen los elementos del entorno físico como el tamaño del espacio de juego y el grado en que está organizado en áreas de actividad definidas. Finalmente, ver televisión en exceso puede inhibir el juego del preescolar promedio, pero los niños que son menos imaginativos parecen resultar beneficiados por la exposición a programas de televisión que estimulan su intelecto.
Aplicación de la teoría
Los materiales y las actividades de juego que son más óptimos para los niños son aquellos apropiados a su edad y que varían con la cantidad de participación social que requieren. Proporcione materiales y actividades que puedan utilizarse en juego solitario, paralelo, asociativo o cooperativo.
Si en la fase preescolar un niño mayor (entre los cuatro o cinco años de edad) dedica más de la mitad de su tiempo libre a actividades solitarias, sería recomendable observarlo para determinar si este niño experimenta dificultades para interactuar con sus compañeros.
El material para el juego dramático no debe tener usos deliberados demasiado específicos o demasiado obvios. Elija materiales que le sean familiares al niño, pero que puedan usarse de diversas maneras.
Siempre que sea posible, permita que los niños negocien sus propios papeles y reglas dentro del juego dramático, de manera que empiecen a explorar situaciones de control y compromiso sin la interferencia de adultos.
Manténgase alerta en caso de que surjan señales de estrés, las cuáles resultan evidentes cuando un niño en edad preescolar manifiesta una regresión en las etapas del juego, como la transición del juego cooperativo al juego paralelo o solitario o de un juego dramático más complejo a uno menos complejo.
Haga comentarios favorables acerca del juego entre géneros combinados y diseñe el entorno físico para fomentar dicho tipo de juego. Por ejemplo, retiré barreras que separen las áreas masculinas tradicionales de las áreas femeninas tradicionales.
Recuperado de:
Hughes, F. (2006). El juego: su importancia en el desarrollo psicológico del niño y del adolescente. México: Trillas. Pp. 117-118.