Clase 5 - Actividades
La primera relación social
En los encuentros del niño con su entorno se establecen situaciones que se repiten con regularidad. Entre las relaciones que tiene con las personas que le rodean, emerge una especial: aquella que sostiene con su cuidador y adquiere la connotación de figura materna. Esta figura puede ser representada por la madre biológica del bebé, pero en casos especiales este rol puede representarlo el cuidador o quien desempeñe las funciones que regularmente cumple la madre, como pueden ser la alimentación, limpieza y cuidado.
Conforme se desarrolla esta relación, se experimenta un proceso que va de un primer momento en el que se satisfacen las necesidades del niño, hasta que este encuentra placer en el contacto con esa persona por la relación misma. Se habla entonces de la satisfacción de una necesidad primaria que evoluciona al establecimiento de una necesidad secundaria.
Esta relación es muy importante para la persona y puede dejar su impronta durante el resto de su vida. De acuerdo con Freud, la relación que se constituye con la figura materna, establece un modelo para las relaciones afectivas futuras.
El descubrimiento del apego
Más allá de la satisfacción que pueda experimentar el niño a partir de la alimentación obtiene de la madre, se ha observado que existe una necesidad primaria de establecer relaciones con los otros.
John Bowlby descubrió la necesidad de establecer vínculos afectivos con los adultos que proporcionan al niño seguridad y cuidados. Cuando el sujeto comienza a adquirir autonomía en sus movimientos y puede alejarse del adulto que lo cuida, es cuando el vínculo se hace más indispensable. A esa primera relación, Bowlby la denominó apego.
Harlow realizó una serie de experimentos donde separó a monos recién nacidos de sus madres y los colocó en una sala donde se encontraban unas madres substitutas. En una de ellas, hecha de alambres, colocó una mamila con la que el mono podía alimentarse y otra, confeccionada con una tela suave y que permitía al animal abrazarse a ella. Se observó que los monos preferían pasar tiempo con la madre que podían abrazar. Incluso se alimentaban con la madre de alambre, pero en cuanto podían, regresaban con la madre de felpa.
Tendríamos entonces tres teorías que han intentado explicar la formación del apego:
1. Psicoanalítica: El niño recibe la alimentación de la madre y siente placer al tener contacto con el pecho materno. Poco la satisfacción que el adulto proporciona al niño va formando un vínculo independiente de la satisfacción de sus necesidades, estableciéndose el primer amor.
2. Conductista. La madre proporciona satisfacción a las necesidades del niño y esta situación produce una asociación entre la satisfacción de las necesidades y el rostro de la madre, de manera que se da una respuesta condicionada ante la presencia del adulto.
3. Etológica. La presencia de un adulto que cuida constituye una garantía de supervivencia. El vínculo se formaría a partir de esta necesidad, sin que exista la satisfacción de otras necesidades.
Recuperado de:
Delval, J. (2006). El desarrollo humano. México: Siglo XXI editores. Pp. 187 - 193