Clases UPN
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Clase 14 - Actividades directrices

Actividades directrices - El desarrollo ontogenético de la actividad con objetos
Una de las acciones con objetos más complejas, y que ontogenéticamente aparecen luego de las que implican relaciones simples con cada objeto en particular, son las denominadas como acciones de correlación.
 
Las acciones de correlación son aquellas en las cuales se establecen relaciones entre dos o más objetos que ocupan una determinada ubicación espacial. Son ejemplos de este tipo de acciones el colocar anillos para formar una pirámide, armar una matrioshka (muñeca rusa hueca en la que se introducen muñequitas cada vez más pequeñas), los juegos de ensarte y encaje, armar y desarmar, entre otras.
 
En las acciones de correlación comienzan a valorarse el tamaño, forma, color y otros aspectos de los objetos. Para armar una pirámide, es necesario que el niño considere la proporción y el tamaño de los aros, primero el mayor, luego los paulatinamente más pequeños; al completar una matrioshka es imprescindible seleccionar las mitades de igual magnitud, comenzando por la menor, colocarla en otra de tamaño inmediato mayor, y así sucesivamente. Estas acciones se regulan de acuerdo con el resultado que debe obtenerse: la pirámide organizada de aros de mayor a menor, la escalera con bloques sucesivamente menores, etc.
 
Las formas de realizar las acciones de correlación que se le presentan al niño, determina la importancia de estas acciones para su desarrollo psíquico, y estas formas dependen de las particularidades del aprendizaje. Si los adultos le proporcionan un modelo único de cómo realizar las acciones, armando y desarmando varias veces las pirámides ante sus ojos, el niño va a tratar de recordar el lugar donde debe colocar cada aro al armar la pirámide; si los adultos hacen que fije su atención en los errores cometidos y que trate de rectificarlos, es muy probable que el niño comience a realizar su acción mediante pruebas; pero si se le enseña a comparar los aros, y a ir eligiendo de mayor a menor, el niño desarrolla la capacidad de seleccionarlos a simple vista y realizarlo en las condiciones más diversas, aunque le cambien el número de aros, el color de estos, etc.
 
No obstante la complejidad que puedan tener los diversos objetos con los que el niño tenga que relaciones las propiedades de unos y otros para realizar un producto, las acciones de correlación son resueltas fundamentalmente mediante el proceso de la percepción.
 
Ello quiere decir que las acciones de orientación externas que realice para dar solución a la tarea, son básicamente fundamentadas en la percepción de las cualidades externas de dichos objetos, y que resuelve mediante su comparación visual y física, la superposición, la yuxtaposición, el encajamiento, entre otras tantas acciones. Incluso, aquellas más complicadas, como puede ser el ubicar figuras en un tablero excavado de varias piezas, son resueltas descansando en las posibilidades que ofrece el proceso de la percepción.
 
En el transcurso cada vez más complejo del desarrollo ontogenético de las acciones con los objetos, luego de estas acciones de correlación se va a dar la transición hacia acciones con objetos de una nueva cualidad: las acciones mediatizadas por objetos, por instrumentos.
 
Las acciones con instrumentos son aquellas en las que un objeto cualquiera, en este caso un objeto-instrumento, se utiliza como mediador o intermediario entre la mano del niño y la influencia que se pretende ejercer sobre algún otro objeto.
 
Este medio auxiliar o instrumento puede ser muy simple, como sucede en el caso de una varilla para alcanzar un objeto o una sencilla cuchara, o convertirse en algo verdaderamente complejo y complicado como puede ser un ordenador. En ambos, no obstante su diferencia de complejidad, está inmerso el mismo principio: son objetos que mediatizan la actividad intelectual, y el palo es tan instrumento como lo es la más moderna computadora.
 
La importancia radical del instrumento estriba en que la forma de su uso está implícita, fijada en su propia estructura, y obliga a la reestructuración completa de los movimientos de la mano para la ejecución de la acción, lo que a su vez implica que el niño aprenda la relación que existe entre el medio auxiliar (el instrumento) y el objeto hacia el cual se dirige su acción, y reestructure su acción mental, tarea que decididamente no es sencilla ni simple, y plantea al niño un contenido cognoscitivo importante en su realización.
 
Pero el instrumento no le dice al niño como resolver la situación, no sucede como en el caso de las acciones de correlación, que mediante el examen visual puede dársele solución a la tarea, tal como pasa en el caso de la pirámide. Es una acción que necesaria e indispensablemente tiene que ser resuelta mediante el proceso del pensamiento. Esto no quiere decir que la percepción no siga jugando un rol, pero ya la solución de la tarea no depende básicamente de este proceso, sino del de pensamiento.
 
El hecho de que la acción con objetos comience a ejecutarse por medio de un objeto-instrumento, transforma a esta en una actividad intelectual, y el ulterior desarrollo del pensamiento está estrechamente relacionado en esta edad con el dominio de las acciones con ayuda de objetos especializados en la solución de las tareas prácticas, lo que lleva en sí el conocimiento por el niño de la designación de este objeto y la presencia de un alto nivel de generalización de la experiencia en la actividad que mediatiza la solución de la tarea.
 
Las acciones con instrumentos no solamente están estrechamente relacionadas con el decursar evolutivo del pensamiento, sino también desarrollan en el niño la coordinación motora manual, la habilidad de controlar visualmente sus acciones, forman la posibilidad de orientaciones complejas en el espacio, lo que enriquece la experiencia sensorial y mental.
 
A su vez, tienen una importancia moral, pues enseñan al niño a lograr de manera independiente un objetivo, además de propiciar emociones agradables en relación con su propia habilidad de solucionar la tarea. Las actividades con instrumentos están dirigidas ante todo, como señalan algunos autores, a la organización de la experiencia en la actividad del niño, y a las condiciones de su generalización al resolver nuevas tareas prácticas, preparan la formación del pensamiento verbal, dado que la generalización de esta experiencia en la actividad con objetos propicia la generalización de la experiencia en la palabra; facilitan el conocimiento del mundo circundante y amplían el vocabulario por la inclusión de nuevas palabras; educan la perseverancia, y sirven para la formación de hábitos simples de trabajo.
 
Recuperado de:
 
AMEI (25-jun-2014). La actividad directriz del desarrollo en la edad temprana: la actividad con objetos. Recuperado de www.waece.org.   
 

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