Clase 16 - Actividades diectrices
Actividades directrices - Significación de la actividad con objetos como actividad directriz del desarrollo
El propio contenido del juego, que va a ser la actividad directriz de la siguiente etapa del desarrollo, tiene su origen en la actividad con objetos, y en la generalización de la experiencia en este tipo de actividad.
El hecho de que la acción instrumental sea la más importante se debe al hecho de que el instrumento no le dice al niño como actuar (lo que sí está de manera externa dado perceptualmente en la acción de correlación), y para resolver la situación tiene indefectiblemente que acudir al proceso de pensamiento. En la medida en que es mayor entonces la experiencia en la actividad con los objetos, y particularmente en la instrumental, asimismo se posibilita un mayor desarrollo intelectual.
Es decir, que a través de la propia acción productiva con los objetos y mediante la actividad lúdicra con los mismos, se produce el desarrollo psíquico, y en particular el desarrollo intelectual.
Esto sigue en términos generales un transcurso evolutivo:
1. El niño observa con concentración las acciones del adulto que le enseña el modo de acción.
2. Repite el modo de acción observado.
3. Realiza las acciones necesarias mediante las operaciones prácticas concretas que se formaron.
4. Generaliza estas operaciones a acciones que no les fueron enseñadas pero que guardan un nexo con aquellas.
5. Acción generalizada, a nuevos objetos y nuevas situaciones, tengan o no nexos directos con lo previamente asimilado.
Esto puede darse incluso de manera aparentemente espontánea, y a veces el adulto se maravilla de que el niño haga cosas con los objetos que nunca les fueron enseñadas o con las que no puede establecer un vínculo. De esta manera, cuando el niño actúa con el objeto alcanza en esencia un triple resultado:
Uno, que se corresponde con el resultado utilitario concreto, o sea, el dominio del objeto, de su traslación.
Dos, el enriquecimiento de la experiencia individual, que se manifiesta en su mayor habilidad y conocimiento de las cualidades del objeto.
Tres, lo asimilado se va generalizando, y formando parte de sus propias acciones intelectuales, lo que le permite aplicarlo en la medida en que las nuevas situaciones lo requieren.
Pero la enseñanza, a través de la observación y la imitación de los modelos de acción que brinda el adulto, le evita al niño el largo y poco efectivo camino de la asimilación por sí solo de dichas acciones, y le abre la vía para la asimilación de la experiencia humana ya elaborada, que le permite comenzar a actuar por la acción adecuada, y conociendo incluso sus variaciones, que el adulto introduce en la actividad conjunta, lo que le concede a estas acciones mayor efectividad y un proceso más rápido de asimilación de las relaciones esenciales de la tarea con los objetos, y condiciona el curso ulterior de la actividad del niño.
Todas estas acciones y sus modos de operación se integran y constituyen lo que se denominan como formaciones funcionales-objetales, que reflejan la experiencia generalizada de acción directa del niño sobre el mundo de los objetos, que permiten la más amplia generalización de las acciones asimiladas, y que son neoformaciones psicológicas que tienen gran importancia para el desarrollo en esta etapa.
Así, el objeto, que materializa la posibilidad de determinada acción, y su función, puede ser expresado por un signo que lo implica como objeto y como sistema de acciones, lo que hace que surja la generalización de la experiencia mediante el signo (entendiendo como signo tanto al propio objeto, a la palabra que lo designa, así como sus modos de acción.
De esta manera la experiencia en la actividad con objetos puede estar reflejada en las formaciones funcionales-objetales y funcionales con signos, estas formaciones generalizadas representan el resultado de una actividad que trascurre en el plano externo y cuya trasformación cualitativa en el interno es el factor conductor del desarrollo del pensamiento en el niño. Es así como el proceso del contenido concreto de la experiencia en la actividad determina el nivel cualitativo del desarrollo del pensamiento.
Es así como la palabra que antes, sin el correspondiente contexto de actividad era solamente un indicio o un apelativo de un objeto, cobra significado, se convierte en una formación funcional portadora de la experiencia generalizada en la actividad, y así, el papel rector de la actividad con objetos con respecto al desarrollo psíquico del niño se descubre en el tránsito de la mediación del pensamiento mediante formaciones funcionales-objetales a la mediación por formaciones funcionales de signos.
Consecuentemente la palabra se convierte en algo abstracto, en un signo de la experiencia de la actividad, y su generalización prepara la formación del pensamiento verbal en el niño.
Recuperado de:
AMEI (25-jun-2014). La actividad directriz del desarrollo en la edad temprana: la actividad con objetos. Recuperado de www.waece.org.